Continuando con la idea del post sobre "Psicología del desorden", hoy queremos traerte algunas ideas prácticas para simplificar tu espacio y tu vida.
Somos fieles creyentes que menos es más, por eso apostamos a la simplicidad en todo sentido. Atiborrarnos de cosas, recuerdos, emociones nos hace desperdiciar energía y perder el sentido de lo importante.
Comencemos por casa...
Reconocer, mover, ordenar
¿Tu casa es un desorden? Tu vida es un desorden.
Comienza por realizar este simple ejercicio:
1. Recorre tramo a tramo tu hogar -lapicera y papel en mano- haz una lista de las cosas que no usas comunmente, las cosas que guardas por si acaso. Anota todo, aún si dudas... ya habrá tiempo de tachar, recuerda: este es un reconocimiento.
Dicen los chinos que si hay algo que hace más de un año que no usas, es tiempo de sacarlo de tu vida. Comienza de a un cuarto por vez, deja para el último los placares y/o bauleras.
2. Ahora viene el tiempo de mover. Reconocidos (y anotados) los objetos innecesarios, incluidos los que guardamos por una razón emotiva (de estos nos ocuparemos en otro post); nos preparamos un té, un mate, un café y nos sentamos en nuestro lugar preferido, con música que nos agrade o en silencio para disponernos a mover esos objetos con la mente.
¿¿Cómo es eso!? Primero debemos dejarlos ir con el pensamiento, luego vendrá la acción. Para poder materializar esta hazaña de desapego vamos a utilizar este planner
Utiliza cada columna para apilar imaginariamente esas cosas que no usas frecuentemente.
A) Tirar: ¿Es basura?¿Son cosas rotas?¿Son artefactos descompuestos? ¿Se pueden reciclar? ¿Quién los puede reciclar? ¿Dónde las puedo llevar? Investiguemos en internet si hay alguna ONG o salgamos a dar una vuelta por el barrio.
B) Regalar: si es ropa, procuremos que esté limpia, en buen estado y correctamente doblada; si son cosas que estén limpias y bien embaladas. Utilicemos un momento para escribir una cartita, incluyamos un perfume, un muñeco, un adorno para la casa, un mantel; incorporemos nuestra humanidad en ese regalo.
C) Vender: Si hay cosas que queremos sacarle un redito económico podemos aprovechar las redes sociales o sitios destinados a intercambios: Mercado Libre, mercado de pulgas, ferias americanas, lugares de trueque, etc.
Sin darte cuenta, poco a poco estás liberando tu mente de esas cosas... las estás moviendo, las estás dejando ir. No hace falta hacerlo de un día para el otro, es un proceso y para algunas personas puede incluso vivirse como duelo. Lo importante es dar ese paso, porque sólo liberándonos de los lastres podremos volar más alto.
3. Cuando finalmente hayas regalado, tirado, vendido todo lo que no utilizas en tu día a día felicitate a tí mismo por haber logrado dejar ir, por convertir tu vida en un río y está abierto a las oportunidades que comenzarán a fluir hacia tí.
4. Ordena lo que ha quedado, aprovecha de verificar si no hay nada que se te haya pasado por alto. Limpia a fondo la habitación, aspira los rincones, plumerea las paredes, limpia las lámparas, lava las cortinas... cuando el cuarto esté brillante (en todos los sentidos) sientate un momento a disfrutarlo. ¿No te sientes más liviano?¿Más radiante? ¿más libre?
5. Con la motivación aún fresca, comienza con otro cuarto!! 🙂
Buenísimo!!!
Cin no hace mucho pasé por esa hermosa sensación de sentarme al sol, mate en mano, mirar alrededor y contemplar los primeros cambios que había comenzado a concretar en esta nueva etapa 🙂 Gracias por plasmarlo tan bien en tu blog!!!!