¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?

¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí?

¿Qué tenemos que aprender, juntos?

9 MINUTOS CONTIGO

¿Te regalas 9 minutos? (puedes musicalizar este momento aquí )

Hola, que alegría que estés aquí y que pasemos los próximos minutos juntos.

Puede que hayas leído las preguntas y tus ojos pasaran al siguiente párrafo. ¿A que si? Somos criaturas ansiosas ¿ lo has notado? El ritmo cotidiano nos lleva a querer absorber la mayor cantidad de información posible a riesgo de quedarnos fuera, desactualizados o ignorar cosas posiblemente importantes.

Pero ¿sabes qué? A veces lo más importante sucede dentro nuestro.

Dentro nuestro un mar caudaloso, lleno de energía, poder y vida.

Un mar que apenas se nos presenta como un murmullo lejano, aunque brama, vive y late como un anhelo.

Si nos detenemos a reflexionar sobre nuestras propias acciones, pensamientos y emociones, si acallamos el ruido exterior, lo sentiremos rugir fuerte y claro.

Su sonido poderoso y sereno a la vez, nos ayudará a encontrar nuevamente nuestro eje y redescubrir nuestro propósito.

Hay una gran y única verdad que vive dormida en el interior de cada uno de nosotros.

Somos almas. Nos conectamos con lo luminoso en los otros cuando nos reconocemos como luz, porque en esta vida de samsara, vemos lo que somos hasta que comprendemos que no existe un yo o un tu, hasta que comprendemos que somos más de lo que vemos y que las relaciones que nos preceden, las que forjamos, las que crearemos son una pequeña expresión de lo que venimos a recordar: que somos uno, que si elegimos latir en la unidad todo cobra sentido.

Hay tantas dimensiones como estados de conciencia puedas imaginar. A veces nos olvidamos de que somos almas encarnadas en un cuerpo y no al revés, entonces nos abruma el mundo, nos duelen los otros, el ruido se impone a esa voz que en el silencio nos hace recordar que estamos en casa cuando nos reencontramos como almas.

A veces basta con respirar. Profundo.

Respirar profundo es conectarnos con ese instante primero en el que elegimos comenzar esta aventura terrestre. Ese instante de potencialidades. Ese instante en el que el cielo y la tierra se encontraron por primera vez, en esta encarnación. Ese instante único y a la vez compartido con todos los seres.

¿Quién soy?

¿De dónde vengo?

¿A dónde voy?

¿Quién eres?

¿Por qué estás aquí?

¿Qué tenemos que aprender, juntos?

Dime, ¿te detuviste a reflexionar en las preguntas esta vez? ¿Notaste que al hacerlo el mundo exterior se acalló por un momento? Ese murmullo lejano quizas se sintió más cerca o la musica de tu propia alma le dio sentido a todo alrededor.

Vivimos sumergidos en el Samsara, las aguas de la vida nos arrastran de aquí para alli, hasta que reconocemos que somos parte del mar, que tenemos esa energía y fortaleza, un propósito, pero sobre todo que no estamos solos. Servir a nuestra alma es ser conscientes de la existencia del otro y honrarlo.

Somos gotas en el vasto océano.

HACE 192 AÑOS, UNA MUJER

Una mujer, en un tiempo de hombres, germinó la idea de un conocimiento universal accesible, recopilando lo que hasta ese momento se encontraba reservado a iniciados, supo ser caña hueca, tejer relaciones con objetivos claros, accionar sin egoismos o esperando la gloria a cambio. imaginó y creó un espacio físico y mental de encuentro de buscadores. Unió el mundo con sus viajes, tomó acción liderada por su más profunda convicción e hizo lo que su alma vino a hacer.

Una mujer que puso a su alma al servicio de la fraternidad y es inspiración perpetua para todos aquellos que buscamos la fraternidad universal.

¿Qué mejor forma de honrarla que honrar a nuestra propia alma, a quienes nos han traído hasta este momento vital y a quienes nos rodean?

¿Qué vas a hacer hoy ?

Gracias Maestra, por tu fortaleza, sacrificio y ejemplo.

SI QUIERES REGALARTE UN MOMENTO MÁS DE CONEXIÓN CONTIGO.

La banda de sonido de la vida de Blavatsky la encuentras aquí