Todo niño que se precie de tal tendrá berrinches a lo largo de su infancia, como papás, mamás, maestras, tías, abuelas tenemos que contenerlos y desactivar esas reacciones con amor. Por supuesto esta tarea se vuelve titánica cuando uno está cansado o preocupado por otras cosas.
De nada sirven los porrazos, los gritos, las amenazas, las penitencias monásticas, los sacudones y menos los cinturonazos. Tampoco sirven los premios, los sobornos, las conductas culposas o las indiferencias. Los chicos sólo responden positivamente ante el amor.
El amor sostenido, el amor demostrado, el amor sincero. Todas las demás formas de comunicación generan: rencores, miedos, dudas, inseguridades, sentidos utilitaristas, y van mellando en su autoestima.
Sintetizando: los papás/mamás estresados recurren a dos estrategias: castigo o concesión.
El castigo genera rencor, la concesión genera niños propensos a creer que el mundo debe responder a sus capricho; ambos se convierten en veneno para su desarrollo emocional.
Mamá 1 / Berrinche 0 ¡Win!
Cuando un niño tiene un berrinche es inútil que tratemos de razonar con él; el plano emocional ha dominado la escena y nuestras palabras de adultos, nuestras amenazas o nuestros gritos sólo incrementarán esa cuota de energía a liberar. El niño-berrinche se vuelve “sordo y ciego”… mudo no porque grita o llora con una potencia digna de un Plácido Domingo o una María Callas. (OMG!)
¿Cómo aplicamos la regla de los 5 minutos aquí?
Veamos: Me concentro en mí (sí, en mí!! si el niño llora o grita y no escucha ni ve… lo más productivo que puedo hacer es centrarme en mi) respiro profundo (sin que sea tan obvio, no es necesario hiperventilar!), me sereno y dejo que la “tormenta” pase.
El enojo niño del se disipa cuando no encuentra una respuesta similar. Pero atención! hay una diferencia entre apatía y serenidad, y los niños pueden percibirla.
Abrázalo en tu corazón mientras respiras; tu serenidad y tu amor hará que la tormenta amaine. Luego ofrécele un abrazo, escucha lo que tiene por decir y plantea tu punto de vista.
5 minutos salvan el abismo de gritos, frustraciones y enojos. Pruébalo y luego nos cuentas 🙂
Buenos días Cintia!!!Muchas gracias por esos 5 minutos.
«»»Abrázalo en tu corazón mientras respiras»» Realmente lo he comprobado. Y funciona. Un abrazo grande.!!!