Estos días -considerados por algunos como la “Semana Santa"- los creyentes del cristianismo, del Islam y del Judaismo, rememoran los momentos iniciales de sus creencias y del sacrificio o martirio de sus Maestros Fundadores, que buscaban la libertad de la ignorancia para vivir la sabiduría de la Divinidad.
El significado de las celebraciones
Así, por ejemplo, el Islam recuerda el sacrificio del Iman Hussein, nieto de Mahoma, sometido a un martirio horroroso en el desierto de Karbala, hoy Irak, en el 681 DC.
Los cristianos, rememoran el sacrificio de Jesucristo, su muerte y resurrección.
Por su parte los judios recuerdan con su festividad de Pésaj, iniciado el 26 de marzo, la salida de los hebreos de Egipto, con todo el sacrificio que conlleva buscar la libertad.
Durante esta semana, más precisamente el 27 de abril, aconteció la lunación de Aries (la luna llena), previa a la festividad que ocurrirá el 25 de abril, a las 17 horas (GMT -3hs) cuando el Budismo celebrará el Wesak, en recordación de las enseñanzas de Sidharta Gautama , quien enseñara las Cuatro Nobles Verdades para la liberación del dolor.
La búsqueda de la libertad, el reencuentro espiritual y el amor. Muchas historias y un solo mensaje: reencontrarnos con lo divino que anida en nosotros.
Dar lo que se recibe
Durante estos días, todos los seres vivientes están recibiendo la fuerza espiritual liberada sobre el mundo, pues desde el centro del Universo “conocido” se irradia el poder de la Divinidad para ayudar a la humanidad.
Este acontecimiento celestial tiene lugar en el tiempo del plenilunio de abril-mayo de casi todos los años. Pero en este año las festividades sagradas han dado comienzo en marzo y se extenderán hasta el 25 de abril, cuando se celebre el Wesak, declarado oportunamente por las Naciones Unidas como Día de la Espiritualidad.
Lo asombroso es que las festividades sagradas dieron comienzo con un gran acontecimiento para los hermanos cristianos: la elección de un nuevo Papa: Francisco. Quien está demostrando en sus acciones que la esperanza, el ecumenismo, la unidad espiritual, la humildad y el servicio son una forma de irradiar y compartir todo aquello que recibimos. Dar a otros es a la vez un derecho y una obligación moral.
Este es el momento de desarmarnos, de mirar a los ojos al hermano, de bajar el tono de la discusión. Aprender a perdonarnos y vivir la libertad como la gran virtud. Buscar la Concordia, la compasión como estilo de vida.
Ruego que el Bendito ilumine a todos aquellos que viven en la oscuridad y a la sombra de la muerte... y guíe nuestros pasos en el camino de la paz y del amor hacia todos los seres.
FELICES PASCUAS PARA TODOS.
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