En el mundo de las relaciones familiares, son tan frecuentes los celos entre hermanos que muchas veces no les damos importancia. Decimos: "ya se les pasará", "son cosa de chicos". Sin embargo, que algo sea frecuente, no lo convierte en"normal" o correcto.
Peleas contin5uas, frases hirientes, caprichos, expresiones de desdén o soberbia entre hermanos nos están marcando que hay algo que no está bien. "A mi me quiere más que a vos", o viceversa, no son "sólo palabras", estas expresiones manifiestan lo que nuestros hijos sienten. Muchas veces no se animan a hablarlo con sus mayores y lo elaboran a través de la violencia, el desinterés, la excesiva sumisión o el divismo .
Si nuestros hijos no se animan a hablar con nosotros sobre los temas que los preocupan, debemos replantearnos el sistema de comunicación que hemos conformado familiarmente. Aprender a escuchar al otro es un arte, así como lo es escuchar sin personalizar, sin sentirse agredido por lo que el otro manifiesta como sentir. Comprender la mirada del otro es quizás uno de los mayores desafíos de la paternidad, porque sólo comprendiéndola podremos contener y guiar a nuestros hijos respetando su identidad como individuos distintos a nosotros.
Aquí los Tips:
* Estimular las características individuales de cada niño/a.
* Reforzar su autoestima.
* Fomentar el juego entre hermanos, sin presiones.
* Eliminar los sentimientos de culpabilidad.
* Nunca negar el conflicto o restarle valor. Siempre enfrentar las situaciones.
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