Ser voluntario, una hermosa forma de ayudar a otros

Vivimos en un mundo más conectado, más cercano, más informado. Sin embargo aún hay personas que sufren, que tienen hambre, que están solas. Gracias a la gran empatía de un grupo de sujetos comprometidos con causas solidarias, muchas de ellas encuentran consuelo. Ser voluntario es una bella forma de ayudar a otros que menos tienen. Ser solidario con el planeta, con los ancianos, con los que menos tienen, con los que sufren cualquier tipo de abuso, con los que temen.

Queremos compartir un excelente artículo de Fernando Legrand, publicado en el blog de Donare acerca del voluntariado y los valores que lo guían.

Aquí extraemos los 7 valores para ser un buen voluntario:

1. Sinceridad: Únicamente lo que es aplicable en la vida tiene valor práctico y mantiene su vivencia. El voluntario es una persona dotada de conocimiento, pero si no lo puede trasladar a la práctica no sirve y, por tanto, no está siendo sincero con aquellos que esperan de él un aporte.

2. Sensibilidad: Un voluntario debe ser una persona capaz de expandir su conciencia hasta abarcar círculos cada vez más amplios de contacto. Un voluntario sensible no es otro que el que está alerta para reaccionar rápidamente a la necesidad del otro.

3. Serenidad: Quien dedica tiempo a la tarea de voluntariado debe también destinar tiempo para el silencio, la reflexión, que le permitan lograr un estado de serenidad que enfoque ese potencial de ayuda para dar. Además, gran parte del trabajo voluntario está relacionado con el trabajo con personas, y para ello también se requiere de paciencia.

4. Humildad: Un voluntario humilde es aquel que está dispuesto a dar todo para servir altruistamente y luego olvidar lo que dio de sí mismo. Aquello que se mencionó más arriba: “la acción por la acción en sí”, sin esperar resultados.

5. Perseverancia: El que se ofrece al servicio debe perseverar sin desaliento y no pensar sobre los resultados obtenidos. La realización de la tarea, con sus resultados y efectos, debe producirse en forma natural, sin forzar el proceso. Un voluntario no es alguien que llega, hace y se va. Es una persona que se involucra y empatiza. A veces las respuestas del otro lado no pueden ser como se esperaba, pero lo importante es haber realizado la acción.

6. Valor: Se necesita valor para demostrar a quienes nos rodean que la catástrofe que produce un terremoto, por ejemplo, es más importante que los pequeños asuntos de nuestras vidas cotidianas; también para seguir ayudando y tendiendo la mano aún en circunstancias físicas adversas o para eliminar los propios anhelos cuando hay un estado de emergencia y necesidad.

7. Capacidad de Dar: Más que un valor, este puede ser considerado un Don por parte de aquel que elige el camino del voluntariado. Hay una gran ley contenida en estas palabras: “A quienes todo lo dan, todo les será dado”.

 

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