Para los que trabajamos en educación formal o no formal queda bastante claro que uno de los desafíos que nos toca es lograr un equilibrio entre acomodación y asimilación; adaptarnos, sin renunciar a nuestra esencia. Entre tanta globalización, hegemonía, pensamiento único; también se encuentra solidaridad, heteronomias, pensamiento lateral. Rasgos de este mundo que fluctúa entre el 0.0 y el 2.0. Un panorama que nos sugiere flexibilidad, audacia y prudencia.
Frente a esta realidad la educación se nos presenta como una de las herramientas fundamentales de comprensión, operatividad y creatividad. Ya no la escolarización, que remite a un tipo de enseñanza-aprendizaje pautado y estandarizado; sino la educación planetaria, social, responsable, flexible. La educación en y para el mundo.
Nosotros y la educación. En estos tiempos ese nosotros es más abarcativo que nunca, ya que educar no es sólo enseñar a leer y escribir o utilizar un ordenador. En este nosotros deberíamos involucrarnos todos y a todo.
Aquí les dejamos un fragmento del café filosófico a cargo de nuestra Directora, la Lic. Cintia Vanesa Días:
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