Una definición del Dharma -que aprendí siendo joven- decía que a nuestro alrededor parece girar un mundo maravilloso, estupendamente coordinado, que captamos inteligentemente gracias a una ordenación psicomental que demuestra una misma perfecta armonía entre todos los elementos -visibles e invisibles- que existen en el Cosmos.
Para aclarar este concepto, y llegar a un profundo significado, te propongo un ejercicio: imagínate llegar de visita a una casa desconocida, sin saber si está habitada.
Al entrar, encuentras todo limpio y ordenado; al pasar a las distintas habitaciones observas signos de trabajo: la computadora prendida, un piano abierto y cuadernos punteados, una hornalla encendida, etc. ¿Pensarás que todo es fruto de la casualidad, que estos objetos quedaron así por azar, o bien, deducirás que todo ello sirve a uno o más seres inteligentes que han hecho el orden y que de él se sirven?
Creo que todos nos inclinaríamos por la segunda opción.
De tal manera, ¿no es evidente que existe, o mejor dicho tiene que existir, una “Inteligencia Cósmica” que a través de sucesivas intervenciones actúa en todas las cosas, aun en las -para nosotros- invisibles o inconcebibles? Debe existir, entonces, un Plan de Acción que se traduce en una Ley Universal que contiene a infinito número de leyes especiales.
La Ley, en la filosofía oriental, recibe el nombre de Dharma. Es la ley que dirige el Sendero de la Evolución. Detrás de la caída de una piedra de un fenómeno atmosférico, de una emisión radial, de la estrella más remota, está el Dharma, como causa sin fin de todo.
KARMA
La aplicación de la Ley ( Dharma) crea la diferenciación y de ésta, toda la serie de fenómenos, objetivos y subjetivos, con sus encadenamientos de acción y reacción. Karma, es precisamente la expresión de la ley como Acción y reacción, en lo particular.
Demos un ejemplo: imagina al Karma como si fuera una muralla elástica que bordea el Sendero de la Evolución. Dada una fuerza que se desviase y chocase contra ella, sería repelida con otra fuerza proporcional a la actuada pero en sentido contrario y rectificador. Así dada esta ley, quienes la violen deben sufrir condiciones adversas por haber actuado en contra de la armonía universal. Esto sería la esencia de la Justicia Natural, que es, precisamente la que vemos en la Naturaleza.
Recordemos que Karma, etimológicamente, significa Acción y que la doctrina del Karma y la Reencarnación, fue formulada en respuesta a la pregunta sobre qué le sucede al hombre después de la muerte. Esto llevó también a explicar la desigualdad de los hombres entre sí al nacer y proporcionó razones para creer en una base moral del universo, base según la cual la virtud es siempre recompensada y la malignidad castigada.
Esta doctrina no se aplica al Espíritu-Alma, la cual es -en esencia- superior a la muerte y al nacimiento puesto que es eterna y no se halla afectada por el tiempo, el espacio y la ley de causalidad. Karma significa la acción que moldea el futuro del hombre, no sólo en la tierra, sino después de la muerte. La ley del Karma es la aplicación de la ley de causa y efecto en el mundo moral. Ninguna acción deja de producir su efecto, tanto en el cuerpo como en la mente.
En el momento de morir, las acciones del hombre permanecen en forma de semilla y estas semillas se desarrollan cuando aquél adopta un nuevo cuerpo físico. Cada hombre nace en el mundo que él mismo ha construido. El bueno, heredará su propia bondad; el perverso, los frutos de sus malas acciones. El hombre está compuesto de deseos; en proporción a sus deseos es su prudencia; en proporción a su prudencia, realizará acciones (karma); en proporción a sus acciones, serán los resultados que coseche.
La buenas o malas tendencias de esta vida; la felicidad y sufrimiento son las inevitables consecuencias de sus acciones pasadas; y las acciones realizadas en esta vida determinarán los actos de su próxima existencia. Las penas y aflicciones en esta vida deben ser aceptadas con calma y resignación. Esto es un incentivo para inclinarse hacia la recta conducta porque el que en esta vida no hace acciones malas tendrá escaso dolor y sufrimiento en su futura existencia. De esta manera el hombre es libre de acelerar o de obstaculizar su propia evolución
La reencarnación es la complementación de la ley del Karma y de la inmortalidad del Alma. El Alma, siendo eterna, no puede ser aniquilada con la desaparición del cuerpo físico. La idea del premio o castigo eterno después de la muerte es rechazada. Porque es absolutamente desproporcionado, para la ley de causa y efecto, imaginar que una acción realizada en un corto período de vida pueda producir como fruto un castigo que durará una eternidad. La idea de que el alma que ha errado no puede tener otra oportunidad para rectificar sus errores, es injusta .
me resulta reinteresante todas sus experiencias, me gustaria aprenderlas. soy asistente social, trabajo en desarrollo social de la pcia de sgo del estero, en el area de asesoramiento y auditoria social……………………deseo conocer tematica y fechas nuevos cursos calendario 2009, por favor estare esperando novedades. MUCHAS GRACIAS. Maria LUCILA Pineda
Gracias querido profesor Guillermo Días Gomez Claridad en un tema tan especial: El Karma Hacia el plano en que estes te envío mi pensamiento lleno de amor y gratitud hacia ti y tus enseñanzas otra vez y siempre GRACIAS