Los ritos primaverales

Ayer hablamos acerca de los ritos primaverales relacionados al paso de la infancia a la adolescencia.

Hoy haremos un recorrido por las diversas culturas y sus semejanzas rituales.

En Grecia: Los hiperbóreos

Las grandes festividades coincidían con la apertura al publico de los pequeños misterios (cada 5 años) que posteriormente eran representado con los juegos olímpicos, que poseían un significado sagrado.
Este momento era muy esperado por los jóvenes. Se preparaban de tal modo que daban lo mejor de sí en Juventud y Belleza.

Había llegado el momento de ponerlo en contacto con los misterios del  sol resucitado. con los Misterios de Apolo. Decían que el Dios había permanecido sepultado y mantenido en largas noches (simbolizando al Sol durante el Invierno). Lo comparaban con la semilla que era enterrada para luego nacer con fuerza y ser árbol.
Se enseñaba que con la llegada de los primeros rayos del Sol -con la venida de la Primavera, el 23 de septiembre/marzo-  venian acompañados de unos seres cuyos cuerpos estaban hecho de luz y que los griegos llamaron  Hiperboreos. Estas especies de deidades vienen a despertar a la Naturaleza para un nuevo ciclo de manifestación, creación y luminosidad. En esa fecha se efectuaban representaciones teatrales que describían  los misterios del renacimiento de la vida.

En Egipto: Osiris resucitado

En el Egipto clásico, tenían una misma representación de la primavera. Ésta se relacionaba con Osiris resucitado. Anubis, el Dios de la Regeneración unía los padazos del cuerpo destrozado de Osiris  y  Éste volvía al reino de la luz
En Egipto había tres tipos de misterios solares: El de Memon, Dios que representa al Sol en su nacimiento ( la juventud); Amon, el Sol en su plenitud ( Cenit, adultez) y Mamon, Divinidad que representa al Sol descendiendo ( la ancianidad).

Mayas: Xochipilli, el Dios de las flores espirituales

Entre los Mayas y Aztecas, también existían fiestas dedicadas a la primavera. Ellos tenían como Dios de las Flores a  Xochipilli, que  simbolizaba también a las flores espirituales, o sea a las virtudes interiores.

Se les hablaba a los jóvenes de  Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada. La deidad interior y exterior del hombre, el símbolo del Quinto Sol, o Quncunce, que era una invitación a que los hombres ejercitaran la mente por sobre las pasiones, para que estallara el corazón de la liberación Hablaban de algo así como de un corazón metafísico que unificaba y mantenía las cosas. Este corazón tiene una semejanza con nuestro  Cuerpo Causal,  el archivo de lo acontecido a lo largo de varias vidas.

Incas: El Sol espiritual y el sol físico

Entre los Incas, también encontramos importantes festejos para recibir la primavera. En sus cerámicas nos dejaron testimonios de su culto y nos hablan de un Sol espiritual (Contiki)  y un Sol físico (Virakocha), que alumbró a la primera pareja humana.

China e India: el culto a los ancianos

En China e India, estas festividades de la juventud, no tuvieron tanta resonancia como las festividades dedicada a la ancianidad. Esto se debía a que ellos consideraban que un anciano era un hombre venerable de por sí y se les debía todos los respetos. Este concepto se acepta mejor si tenemos en cuenta que por ejemplo a los 70 años el individuo tenía 7 Iniciaciones o sea que aparte del valor simbólico, este hombre era respetado por sus mayores conocimientos.

En India, al joven se lo mantenía en un riguroso estado de inocencia ( como vemos en la vida de Buda). A medida que iba creciendo paulatinamente se lo acercaba a la verdad hasta llegar a ella, pero para ese entonces estaba el joven ya preparado para recibirla.
La primavera, encerraba los misterios de los jóvenes; el Verano. era para los mayores, adultos; el Otoño pertenecia a los ancianos y el Invierno para muertos, iniciados y desencarnados.

Babilonia: el culto al amor

En realidad, no hay ningún pueblo que no haya festejado la Primavera. Actualmente, desde el punto de vista tradicional, resulta lógica nuestra costumbre de dedicarnos al amor y al paseo al aire libre. Precisamente en la antigua Babilonia, en esta estacion los jóvenes eran iniciados en los misterios del amor, con un alto contenido místico, con una valoración psicológica  y con una altura de lo sagrado, de lo oculto.

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