Revivir en lo espiritual

El mito Osiriano, tiene varios significados, pero el que mayor difusión tuvo en el antiguo Egipto, fue el de carácter psicológico y moral.

En este mito se enseñaba que en la vida hay momentos en los que debemos tomar decisiones trascendentes.

Una de esas decisiones es  la de fortificar el carácter para sobreponerse a las contingencias. El hombre común, que podría ser cualquiera de nosotros, se encuentra siempre con una serie de problemas psicológicos y morales que lo obligan a probarse y tener que elegir un  determinado camino: una elección de vida. Y cuando su determina la elección hay que pasar una serie de pruebas estrictamente materiales; por ejemplo soportar dolencias físicas (representadas por la fragmentación del cuerpo de Osiris) sin abatirnos. 

Abstente y soporta

A través de este mito los Maestros enseñaban al pueblo a endurecer el carácter para soportar los dolores físicos. Estas normas luego serían adoptadas por otras culturas, especialmente los filósofos griegos o los filósofos estoicos de Roma que recomendaban a sus discípulos soportar y resistir; al igual que los maestros del hinduismo con su doctrina del áhimsa, aplicada por Ghandi: la resistencia pasiva que enseñó con su ejemplo al enfrentarse a un Imperio; o la doctrina del titikcha de los vedantinos que precisamente significa resistir con amor.

Cada una de estas doctrinas decía que prestar mucha atención a un simple dolor debilita el carácter y hace perder el tiempo que tenemos para vivir experiencias trascendentes.

Superar el miedo y la angustia

También  el Mito de Osiris, representa ciertas pruebas psicológicas -astrales  y emocionales – simbolizadas en el sarcófago, con Osiris en su interior, navegando por el río. Aquí se hace referencia al  aprender a encontrar las soluciones a nuestros conflictos psicológicos: el orgullo, la vanidad, el resentimiento, el odio, el miedo.

Estos conflictos paralizan y contagian, respondiendo a un impulso psíquico. Los Maestros egipcios a través de este mito enseñaban a fortalecer la psíquis, el cuerpo emocional, para no caer en la depresión y en la angustia.

El Mito de Osiris, es una enseñanza para lograr el control de la mente, tomando como modelo la actitud de Osiris, que encapsulado en un féretro, no tuvo miedo a la muerte que le quería provocar su hermano Seth, que representa la materia concreta, la forma. Seth significa la “sequedad”, lo que perece.

La alquimia mágica de Isis

Por lo tanto el discípulo, debía superar pruebas mentales de dudas, de suprema elección espiritual que están relacionadas con ese esparcir los pedazos del cuerpo de Osiris por el Universo, para luego reencontrarse consigo mismo gracias a la alquimia mágica de Isis.

Se enseñaba la alquimia interior, la trasmutación de la materia por medio de la direccionalidad de la mente.

Decían los maestros que el hombre, para poder llegar a la cumbre de la evolución, debe encontrarse a sí mismo; debe encontrar el “trozo” que dejó en el otro hombre en una pasada encarnación. Tiene que tratar de encontrarse otra vez con la naturaleza, encontrarse otra vez con ese mundo que aparentemente le era lejano.

En una palabra:  debe encontrar su identidad. Entonces, su naturaleza  inferior actual- dentro del tiempo y del espacio- puede dejar paso a la luz espiritual y puede expresarse el alma en una dimensión universal.

Por ello  al revivir mágicamente Osiris, gracias a Isis, carece del órgano generativo. Simbolizando que había muerto para la materia reproductora y renacido en el Cielo donde evidentemente no necesita del falo. Había nacido un Dios que tuvo las experiencias humanas y que podía juzgar a los hombres no desde una lejanía (celibato) sino desde una experiencia vivencial.

Del aire nació Horus

Y finalmente la prueba del aire, representada por el nacimiento mítico de Horus, el hijo de Osiris e Isis.

Horus tenía cabeza de halcón. Con este símbolo, los maestros  egipcios enseñaban que el hombre dentro del sendero de la iniciación debe, como los pájaros, aprender a volar hacia la liberación.

En el mito se dice que una vez que Isis encontrara los trozos de Osiris lanzados al espacio por Seth, lo pudo reconstruir a Osiris, pero el falo de éste fue comido por un halcón que convertido mágicamente en Osiris tocó con una de sus alas a Isis y ésta quedo embarazada miticamente. Horus no es hijo de una relación carnal, sino de un contacto espiritual, al igual que Jesus o Sidharta, ambos generados mágicamente sin intervención de la pasión humana.

Ahora me ha aparecido una pregunta:  si  dicen los maestros egipcios que aquí abajo es igual que allá arriba ¿no será que la gestación y reproducción se dará también en lo espiritual como se da en lo terrenal?

En lo espiritual parimos estados espirituales y en lo terrenal formas concretas ¿Dónde está la verdad?

Ese es el trabajo de la Iniciación.

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