Por qué los niños y adolescentes deben aprender a meditar

"Todo ser humano, si se lo propone, puede ser el escultor de su propio cerebro"

(Ramón y Cajal)

Ya habíamos comentado cómo la meditación contribuye al control de las emociones, la salud mental, el incremento de la atención, la concentración, el aprendizaje, la creatividad y las relaciones sociales en los niños y  adolescentes.

A través de nuestra experiencia hemos comprobado que la meditación es una de las formas más simples de ayudar a los niños y adolescentes a crecer en armonía. Meditar les ayuda a afrontar mejor la vida que les toca vivir, les da el poder de comprender y dirigir sus pensamientos y emociones, cultiva su alegría e independencia.

Algunos padres tienen la creencia que la práctica meditativa va a alejar a sus hijos del mundo, nada más errado! La meditación no sólo no los alejará del mundo, sino que los acercará aún más a las cosas ya que les permite verlas tal cual son. La meditación los hace despertar al presente, única manera de gestar un futuro consciente.

La meditación es un acto de voluntad, y la voluntad es la energía del alma.

Como padres debemos contemplar la educación espiritual de nuestros hijos, la forma en la que ellos se van a relacionar con lo trascendente. El ejercicio sostenido de la meditación y la pertenencia a un grupo les ayudará a crecer en compañía, compartir puntos de vista y descubrir todas sus potencialidades.

Los adolescentes también!

La adolescencia una etapa de lo más complicada ya que se producen cambios significativos en lo físico, emocional y mental; es un tiempo de re-descubrimiento ideal para continuar o iniciar la práctica meditativa.

Si aún no han iniciado un sendero espiritual, es probable que los adolescentes hayan adquirido malos hábitos mentales. Su mente se ha convertido (invadida por altas dosis de hormonas) es un cóctel de expectativas, entusiasmos, ansiedades, excitaciones y fantasías que generan grandes periodos de depresión, angustia y/o ansiedad. Necesitan aprender a ser conscientes, conocer y comprenderse para alcanzar un estado de serenidad y relajación, sin tener que negar, reprimir o cuestionar sus emociones. La meditación es una gran herramienta de autodescubrimiento y un aliado indiscutido en la educación espiritual.

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