El origen esotérico del huevo de pascuas

La noche tomó la forma de un ave de negras alas y el viento las fecundó, puso un huevo de plata en el vientre de esa oscuridad y de ahí nació Eros trayendo lo que el huevo portaba: el Cosmos entero con todas sus criaturas (mito Órfico Griego)

El huevo es un símbolo de resurrección, dicen algunas escrituras que es como si fuera un sepulcro en el cual se guardan partículas de luz que ya están predestinadas a expresarse. Es lo que oriente se conoce como un Pralaya (periodo de quietud previo al de la manifestación: Manvantara)
En los tiempos del cristianismo el huevo se convirtió en el símbolo del Cristo resucitado, representaba la esperanza que sus seguidores pudieran renacer en el plano del espíritu con él. En la antigüedad el domingo de pascua se llamaba la Pascua del Huevo, en esos tiempos los huevos eran de colores y se bendecían. Fue después del renacimiento que surge la costumbre de colocarles algo adentro...
Se esperaba la noche del sábado santo para dibujar símbolos en su cáscara, símbolos que representaran energías, que invocaran momentos mágicos, símbolos que iban a ser activados en el momento de la bendición, pues la intención original era que a través de ellos se pidiera protección y ayuda a Dios.
El origen del símbolo del huevo es tan antiguo que es nombrado en el Rig Veda, en esos textos sagrados el huevo se conoce con el nombre de Hiranyagarba.

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